Shinji Ikari
Lo primero que tengo que decir es que, para que puedan continuar desde este punto, deben olvidar el paradigma de la igualdad, así sea por el ratico que leen esta entrada. Debo confesar, por otra parte, que siempre he sentido fascinación por la gente introvertida. Como supuesto fanático de Pokémon y de alguna que otra serie de anime, las personas introvertidas ganan un puesto en la Tierra de los 'mejores seres humanos que hay'. Por eso digo, hay seres humanos mejores y seres humanos mediocres, y los introvertidos son generalmente los mejores, o por lo menos así lo muestra la cultura pop de nuestros días. Y para los incrédulos que no me creen pongamos un ejemplo: Neon Genesis Evangelion. ¿Quién es el que está destinado a salvar la humanidad? Shinji, un hijueputa que es capaz de ponerse audífonos mientras le hablas, un hijueputa que no quiere ni a la mamá, y que además comete el descaro de creerse el peor ser humano sobre la tierra. Maldito cínico.
Cuando hablé de Pokémon, me acordé de que hay Pokémon que sólo se quedan con gente de corazón puro, y adivinen quiénes son esas personas: pues obvio, los susodichos introvertidos. Y en cuanto a la manera en que consiguen novio o novia, es algo parecido: me imagino que se quedarán con personas de corazón puro. Así que me imagino ya van entendiendo el por qué de esa fascinación mía. Yo siempre trato de invadirles el mundo a los introvertidos, la mayoría de las veces con consecuencias catastróficas. A veces entro a la mente de ellos, pero cuando lo intento, mi mente en realidad se transforma automáticamente en una mente prepotente, creída, que se cree superior a los demás seres humanos del mundo. Y eso es generalmente lo que los introvertidos reclaman: que no pensemos que ellos se creen la mondá. Pero la verdad, introvertidos, es que es difícil no pensar eso, y me disculpan si lo justifico con falta de empatía.
Me imagino entonces ya van entendiendo por qué les digo que se olviden por un momento del paradigma de la igualdad: porque soy un idiota que se ha dejado convencer por la cultura pop de que los introvertidos están, allá arriba, viéndonos como los extrovertidos nos damos en la jeta. En este planeta habitamos, aproximadamente, 7.046'626.745 habitantes. De esos habitantes, pónganle que 527'162.923 sean más introvertidos que extrovertidos. Esos introvertidos, simplemente por pura intuición, vamos a regarlos de manera uniforme entre todos los seres humanos, así que van a haber igual número de introvertidos peores o mejores. Dividiendo 7.046'626.745 / 527'162.923 obtenemos 13,36. Eso quiere decir que por cada 13 personas aproximadamente existe un introvertido. Por ejemplo, si la mejor persona del mundo es un introvertido, la siguiente persona introvertida va a ser la 14. Eso para que haya paridad entre extrovertidos e introvertidos. Miren que por ejemplo las personas de la 2 a la 13 son extrovertidos, pero son buenos extrovertidos, que sacan la cara por uno. Sin embargo, los introvertidos, aquí desde mi suprema falta de empatía, sólo quieren emparejarse o con otros introvertidos, o con buenos extrovertidos.
Vamos a suponer, la persona 3.584'873.213 es un introvertido. Lo escogí bien en la mitad para ilustrar que es un introvertido mediocre. Sin embargo, este introvertido se metería solamente con la persona 3.584'873.210 (restando 13, acuérdense) o mejores introvertidos. Ya que es un introvertido piadoso, que se acuerda de algunas almas en pena, se meterá con un número equivalente de extrovertidos. Eso quiere decir, su número entre 13. 3.584'873.213 / 13 es solamente 275'759.477. O sea, siendo un introvertido mediocre de la posición 3.500 millones aproximadamente, voltea a mirar sólo a 275 millones.
Seguramente, muchos introvertidos que lean esta entrada estarán bastante iracundos (eso sí, no lo demuestran ni cinco) después de saber que muchos extrovertidos pensamos que ustedes son prepotentes, pero espero que por lo menos conmigo, en vez de dejarse ensuciar por mis opiniones, le echen más bien un ojo a mi corazón, y miren a ver si quizás, quizás, es un corazón puro.
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