viernes, 30 de mayo de 2014

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¿No se supone que el amor es algo bonito?

lunes, 12 de mayo de 2014

Filosofía Estelística



Todo mundo sabe que el día de las madres fue ayer. Y estoy lejos de ella, por lo que no tengo ni idea de qué hacer. La verdad, puedo comprar algo con la tarjeta crédito y que le llegue a domicilio a la casa el regalo. Pero como sé que a ella ese tipo de cosas tan 'primermundistas' no le gustan, prefiero más bien ahorrarme la platica (jaja) y hacerle una carta. Pero esta carta no va a ser igual a las demás cartas. Esta carta va a ser aquí, en este blog, delante de un montón de gente, para que vean entre otras cosas que soy un buen hijo, porque quiero que todo mundo lo sepa.

Mamá, la verdad me siento muy orgulloso de la filosofía que tú me has inculcado. Y no sólo de lo generalmente bueno, sino también las cosas que otra gente no soporta. Eso de que por ejemplo las mamás no deben dejarse de hablar nunca con sus hijos, o que los hijos le cuenten casi todo a la mamá, bueno, a esas cosas me refiero. Es por eso que no solamente nosotros tus hijos te usamos, sino también otra gente, bien sea para pedirte consejo, ayuda o cualquier otra cosa.

Estoy feliz que me hayas pegado de niño, y que seas medio-iracunda, porque jamás guardamos rencor el uno con el otro. Estoy feliz de que nos hables de sexo sin ningún miedo, ya que por ejemplo si nos violan o si nos pasa algo de ese estilo, te vamos a decir enseguida, y sé que nos defenderás en cualquier eventualidad. Me gusta que nos inculques además de valores, cierto aprecio por el dinero que muchos padres no inculcan. Me gusta que nos inculques lo de ver televisión, ya que el Internet es una porquería. Me gusta que me inculques de Dios, porque además de ser la manera más fácil de tener una intachable moral, siempre es bueno sentirse inferior a Alguien que está allá arriba.

Se que sin ti sería algún drogadicto, guerrillero, izquierdoso, rebelde, metalero, fumador de Pielroja o Dios sabe que más vainas, hubiera estudiado una carrera inútil, perdería todos los años de la universidad, y reconozco que yo no tengo casi que ningún mérito. Tú los tienes casi todos, porque aunque me duela aceptarlo, eres una madre perfecta y nunca te alcanzaré. Sin embargo, trabajaré por ser tu imagen y semejanza. Personas como tú hacen que otras personas sintamos vergüenza de ser como somos. Y no lo digo sólo por mí, sino por otra gente que sé que también pasa por lo mismo.

Mamá, te adoro, no sabes cuánta falta me haces, y quisiera que estuvieras aquí conmigo, aconsejándome, divirtiéndome con tus chistes de abuela paisa, o hablando simplemente, como hacemos todas las tardes a la hora del almuerzo. O simplemente ver el noticiero juntos. Esto de leer la revista Semana o recibir sólo noticias independientes en Facebook no es lo mismo.

Introvertidos

Shinji Ikari

Lo primero que tengo que decir es que, para que puedan continuar desde este punto, deben olvidar el paradigma de la igualdad, así sea por el ratico que leen esta entrada. Debo confesar, por otra parte, que siempre he sentido fascinación por la gente introvertida. Como supuesto fanático de Pokémon y de alguna que otra serie de anime, las personas introvertidas ganan un puesto en la Tierra de los 'mejores seres humanos que hay'. Por eso digo, hay seres humanos mejores y seres humanos mediocres, y los introvertidos son generalmente los mejores, o por lo menos así lo muestra la cultura pop de nuestros días. Y para los incrédulos que no me creen pongamos un ejemplo: Neon Genesis Evangelion. ¿Quién es el que está destinado a salvar la humanidad? Shinji, un hijueputa que es capaz de ponerse audífonos mientras le hablas, un hijueputa que no quiere ni a la mamá, y que además comete el descaro de creerse el peor ser humano sobre la tierra. Maldito cínico.

Cuando hablé de Pokémon, me acordé de que hay Pokémon que sólo se quedan con gente de corazón puro, y adivinen quiénes son esas personas: pues obvio, los susodichos introvertidos. Y en cuanto a la manera en que consiguen novio o novia, es algo parecido: me imagino que se quedarán con personas de corazón puro. Así que me imagino ya van entendiendo el por qué de esa fascinación mía. Yo siempre trato de invadirles el mundo a los introvertidos, la mayoría de las veces con consecuencias catastróficas. A veces entro a la mente de ellos, pero cuando lo intento, mi mente en realidad se transforma automáticamente en una mente prepotente, creída, que se cree superior a los demás seres humanos del mundo. Y eso es generalmente lo que los introvertidos reclaman: que no pensemos que ellos se creen la mondá. Pero la verdad, introvertidos, es que es difícil no pensar eso, y me disculpan si lo justifico con falta de empatía.

Me imagino entonces ya van entendiendo por qué les digo que se olviden por un momento del paradigma de la igualdad: porque soy un idiota que se ha dejado convencer por la cultura pop de que los introvertidos están, allá arriba, viéndonos como los extrovertidos nos damos en la jeta. En este planeta habitamos, aproximadamente, 7.046'626.745 habitantes. De esos habitantes, pónganle que 527'162.923 sean más introvertidos que extrovertidos. Esos introvertidos, simplemente por pura intuición, vamos a regarlos de manera uniforme entre todos los seres humanos, así que van a haber igual número de introvertidos peores o mejores. Dividiendo 7.046'626.745 / 527'162.923 obtenemos 13,36. Eso quiere decir que por cada 13 personas aproximadamente existe un introvertido. Por ejemplo, si la mejor persona del mundo es un introvertido, la siguiente persona introvertida va a ser la 14. Eso para que haya paridad entre extrovertidos e introvertidos. Miren que por ejemplo las personas de la 2 a la 13 son extrovertidos, pero son buenos extrovertidos, que sacan la cara por uno. Sin embargo, los introvertidos, aquí desde mi suprema falta de empatía, sólo quieren emparejarse o con otros introvertidos, o con buenos extrovertidos. 

Vamos a suponer, la persona 3.584'873.213 es un introvertido. Lo escogí bien en la mitad para ilustrar que es un introvertido mediocre. Sin embargo, este introvertido se metería solamente con la persona 3.584'873.210 (restando 13, acuérdense) o mejores introvertidos. Ya que es un introvertido piadoso, que se acuerda de algunas almas en pena, se meterá con un número equivalente de extrovertidos. Eso quiere decir, su número entre 13. 3.584'873.213 / 13 es solamente 275'759.477. O sea, siendo un introvertido mediocre de la posición 3.500 millones aproximadamente, voltea a mirar sólo a 275 millones. 

Seguramente, muchos introvertidos que lean esta entrada estarán bastante iracundos (eso sí, no lo demuestran ni cinco) después de saber que muchos extrovertidos pensamos que ustedes son prepotentes, pero espero que por lo menos conmigo, en vez de dejarse ensuciar por mis opiniones, le echen más bien un ojo a mi corazón, y miren a ver si quizás, quizás, es un corazón puro.

sábado, 10 de mayo de 2014

Bitácora de Alemania. Parte I: Viaje

Muchas personas cuando hacen una bitácora, se expresan de manera cronológica sobre los acontecimientos sucedidos a través de los días. Otros son muy puntuales y comienzan desde el primer día que pueden. Como yo pude utilizar el computador sólo como 2 días después de llegar, tampoco podía hacer eso. Hubiera podido comenzar en esos dos días después pero no lo hice, por mera flojera. Sin embargo, nunca me olvidé de este compromiso que me hice consigo mismo. Y si me encanta hacerlo, porque aquí en el blog no hay ninguna h. p. editorial que me venga a joder por como escribo  ¿por qué no hacerlo? Nunca faltará, eso sí, uno que otro 'amigo' que está siempre atento a criticarme y decirme que escribo como hablo. Me disculpan si en esta entrada me desvío mucho por las ramas porque la verdad hace rato no escribo algo serio y que en realidad tenga como finalidad divertir en vez de criticar. Y esto no es como la tesis, donde el asesor siempre está presto a criticar mi porquería de redacción, sino un espacio donde me divierto, bien sea criticando a esas mujeres que 'andan con hombres porque es menos drama' o inventando que los gatos no me gustan sólo para alborotar el avispero, como también hablando de verdaderos temas de moda.

Regresando al tema, debo comentar que estaba supremamente asustado cuando llegué a Alemania por primera vez. Asustado pero contento. El primer día que llegué, y me fui a dormir, la verdad estaba preocupado y medio, por cosas puntuales como el adaptador del computador, como también con el futuro que me deparaba. Preocupado también por la gente que iba a conocer. Preocupado porque el que creyera mi mejor amigo acá, me diera la puñalada trapera cuando conociera una mujer. En fin, preocupado porque estaba al otro lado del charco, y estaba dejando una zona de comfort que poco a poco había recuperado viviendo en Cartagena. Y sigo preocupado, pero la zona de comfort acá se empieza a construir de nuevo. Y la verdad, lo bueno que pasa acá es mucho más que lo malo (por ahora). Hay veces que me siento solo, y siento que más que amigos necesito es una madre en la que yo me pueda abandonar, y no hacer un culo por mí para que ella lo haga todo. Es por eso seguramente que sentí más afinidad por tener amigas mujeres que hombres: ese maldito síndrome de dependencia.

Siendo más bitacóricos, a las 7:30 am fue mi vuelo desde Bogotá el día 30 de Marzo de 2014. Mi familia y yo, nos quedamos en hotel cerca al aeropuerto. Súmenle además ese día mi preocupación porque el vuelo era demasiado temprano y que como todos saben, debo estar 3 horas antes, o sea a las 4:30 am ¿qué tal que se me olvidara pararme y me despertara dos horas más tarde? obviamente puse como 3 alarmas y le dije a mis papás que hicieran lo mismo en sus celulares. Le dije además al señor del transporte (ofrecido por el hotel) que nos fuera a tocar la puerta. O sea, tenía la propia paranoia de no despertarme. Efectivamente, me desperté super-puntual y cuando llego al aeropuerto, hay una tremenda fila. Cuando finalmente llego a dejar las maletas, las asas extendibles de la maleta, esas que se sacan para agarrarla desde más alto, se parten; cosas que sólo me pasan a mi. Sin embargo, ya yo estoy acostumbrado a ese tipo de sucesos típicos de un pelaíto nerd de colegio, y seguí para adelante, impulsado por la rabia y el desasosiego. Lo bueno mío es que cuando me lleno de rabia, me vuelvo, creo, un poco más inteligente y eficaz para hacer las cosas. A Dios gracias, por ejemplo, cuando estoy nervioso en una presentación, hablo con más claridad, ya que estar nervioso se parece a estar rabioso. Eso sí, me dicen algo irrespetuoso y obviamente me riego como la verdolaga. 

Luego, me despido de mi familia en el 'Muro de los Lamentos' (ese que dice Emigración), sigo y ya, al fin estoy encaramado en el avión. Nos vamos pa' Nueva York. El avión es extrañamente pequeño pero Delta tiene un buen servicio. Y ahora dizque van a regalar vino, supuestamente. Llego a Nueva York, y como siempre los gringos, con su paranoia bastarda por la seguridad, piden que saquemos la maleta para que ellos la revisen. O sea, me tocó andar con esa maleta dañada ese ratico. Total, llego y hago una fila que me dicen todos que es la de Amsterdam. La hago, me entregan un papel raro sólo a mí (ajá, cosas que sólo me pasan a mí), pero el papel era solamente una cuestión de control de tiempo para los empleados. Después, de esa fila, sale un empleado y nos pone a caminar a todos hasta otro sitio a hacer fila. Así al estilo de preescolar, cuando nos ponen a caminar a todos en una fila, así. La fila era la segunda para seguridad, esta vez para equipaje de mano. Nos hacen quitar los zapatos (*preocupado por la pecueca*) y nos hacen sacar el computador (*preocupado por el computador*). El único computador especial que se llevan a analizar es el mío (cosas que sólo me pasan a mi). Lo agarran con guantes de látex. En ese momento me hicieron sentir como un pornófilo que empuerca el computador, y no voy a negar que veo porno, pero tampoco es para tanto. Sin embargo, llamé a mi mamá ya estando aquí y me dijo que no me sintiera mal, que eso lo hacen para evitar dejar las huellas en el computador. 

Me devuelven my precious y sigo. Finalmente, ya estoy encaramado en un avión grandote de KLM, azul todo. Empiezo a sentirme bien 'mosca en leche' cuando todo mundo habla en un culo de idioma bien raro, el neerlandés, propio de los Países Bajos (Holanda pa' los corronchos). Imagínense que los alemanes y franceses dicen que el neerlandés se habla con la garganta, como con el catarro adentro. Y sí, es verdad, ellos en todo momento parece que fueran a escupir. Y no me siento irrespetuoso al decir esto, porque una misma holandesa me lo dijo. El avión es bien bacano, tiene dos baños, me tocó al lado una holandesa bien grandota y REGALABAN VINO Y CERVEZA. Sí señores, no estoy mamando gallo. Además, la comelona fue tremenda, comí como 4 vainas. Así, quién va a dormir. Además de eso, sabía que entraba a una tierra donde la piratería es fregada, por lo que aproveché y me vi las dos últimas películas en español: Gravity y Blue Jasmine, la última muy buena por cierto.

(PRECAUCIÓN: Spoilers. Si quiere evitarlos, continué donde dice FINAL DEL SPOILER)
Blue Jasmine trata de una vieja bien creída que estaba casada con un super-hombre, ricachón apuesto e inteligente, que se había acabado de suicidar, y que se ve forzada a tener citas con hombres bien fulleros, machistas, mecánicos, así igualitos a mí. Gravity es más que todo una conversación inteligente entre un hombre y una mujer. Es una película que es rara a la fuerza para mi concepto ya que se nota que la intención del director es 'hey tengo una idea brillante, voy a hacer una película como Armaggedon, sino que en vez de preocuparme por todos los aspectos de ser astronauta, voy a hacerla un diálogo sólo entre dos personas donde tratan, en vez de salvar a la humanidad, reflexionar sobre todo lo que se pueda reflexionar'. Por otra parte, copian descaradamente ese estilo del Código da Vinci de generar una fuertísima unresolved sexual tension donde al final, los dos protagonistas ni un hp beso se dan.
(FIN DEL SPOILER)

Llego luego de un rápido amanecer al aeropuerto de Schiphol, miro a Amsterdam, desde lejos. Me tocó correr para llegar al otro vuelo. Llego a otro avioncito, pequeño. Ya la gente habla más alemán. Me dan desayuno, menos mal, porque lo necesitaba. Me asomo por las ventanas del avión, y obviamente la imagen nueva es completamente diferente a lo que estaba acostumbrado: un montón de pueblos pequeños muy muy cerca. La densidad poblacional es absurdamente mayor a la de Colombia. Los campos de colores, también eran comunes, pero tampoco de colores tan chillones. Pude observar también como era el límite con el  mar cerca de Amsterdam: se veía como un borde grueso entre el mar y la tierra, propio de los Países Bajos. Por si no lo saben, se llaman así porque gran parte está por debajo del nivel del mar.



Estación de tren, aeropuerto de Frankfurt

Finalmente, llego al aeropuerto de Frankfurt, recojo mi maleta fullera y a buscar el tren. Pueden imaginar mi susto en ese momento. Sin embargo, afortunadamente la máquina estaba sola, podía usarla hasta en español y pude pensar con claridad cómo comprarlo. 25 € costó, en el ICE, no es tan caro teniendo en cuenta que es como ir a Barranquilla desde Cartagena. Sin embargo, ya sé que hay opciones más baratas, hasta en 6 € aunque un poco más demoradas. Me encaramo finalmente en el ICE, siendo la primera vez en Alemania viajando en tren, con mi maleta fullera. Llego finalmente a la Estación Central de trenes de Mannheim. No lo podía creer ¡ya estaba en Mannheim! Sin embargo, tuve problemitas para identificar el tranvía 3 que me tocaba coger, me demoré como 1 hora en esa gracia, con mi maleta fullera pa' aquí y pa' allá. Encuentro finalmente el tranvía 3, y efectivamente, escucho música para mis oídos: Goethe Institut. Sanctæ Gloriæ Perpetuam, veo la misma imagen que en Google Street View, tengo al frente, oficialmente, al instituto que me va a dar posada y estudio.