viernes, 24 de abril de 2015

Colombia no lee ¿y qué y qué y qué?



Quería comenzar, cómo no, con una frase que ha popularizado una emisora vallenata en mi ciudad, para mostrar así mi falta de cultura. Esto de no leer es difícil de justificar y más si países como México, Argentina, Cuba, toda la comunidad europea y los países asiáticos nos sobrepasaron varias veces en el número de libros promedio leídos por año. Por ahí vi que sólo leemos 1.9 libros por año, número bastante bajo si se compara con los 10 y pico que leen, no sé, en Finlandia. Inclusive Venezuela, que ahorrándome eufemismos los colombianos consideramos un país 'bruto' que sólo produce reinas de belleza, nos ganó por bastante. Ahora bien, es deber de nosotros los colombianos, con nuestra 'malicia indígena' que no se adquiere en libros, discernir la información que nos viene en esas estadísticas. De primerazo, y sin gastar un segundo en reflexionar como es debido, podemos decir que somos un país ignorante (y aunque nos duela, más ignorante que Venezuela). Sin embargo, los invito no sólo a ver la cifra de una manera ciega, sino también a analizarla. Si yo, que soy un hombre de números, los invita a reflexionar sobre la estadística desde la base del estudio social, es porque DEBEN HACERLO. 

Colombia es un país que se caracteriza por ser camellador, al colombiano generalmente le gusta trabajar duro y hacer dinero. Somos un país de derecha, predominantemente capitalista, en el que las teorías comunistas nos parecen absurdas y muchas políticas de esas las vemos aplicadas en Dinamarca y no en Cundinamarca. Por ende, consideramos que ponernos a leer literatura, es básicamente, ahorrándome eufemismos de nuevo, perder el tiempo. Y si analizan con detenimiento, los países de Latinoamérica que mayor puntuación recibieron, fueron casualmente, los que tiran hacia el comunismo: Cuba, Argentina, etcétera. Yo que ya he vivido en Alemania, me he quedado varias veces al frente de las vitrinas de las librerías, pero como buen colombiano, no para comprar un libro o sentarme con un cafecito a leer mientras cruzo mis piernas, sino más bien a ver las pendejadas a las que usualmente se refieren los títulos de los libros. Títulos como "A French Affair" o "The Warrior Cats" generalmente no me excitan ni media neurona siendo sinceros. Así que personalmente, si alguien que lee 8 libros por año, lee en realidad 4 de esos, para no ser tan malos le valgo cada uno de esos libros como medio, por lo que en realidad quedaría leyendo 6 libros por año. Por otra parte ¿cómo consideran en esas estadísticas los libros gordos y los libros pequeños? ¿cómo comparar "El Principito" que se puede leer en dos días a "Cien años de soledad" que si aguantas el tedio te lo terminas con suerte en un mes? Es posible entonces que alguien que convenientemente se lee 50 libros como "El Principito" por año quede como tremendo lector en comparación con alguien que se haya 3 clásicos gordos de la literatura.

Muchos otros factores hay que tener en cuenta también. En mi caso, por ejemplo, debo leer mucha literatura científica que no la cuentan en esas estadísticas. También me gusta perder mucho tiempo en Internet. Mientras estoy aquí escribiendo en este blog podría estarme leyendo un libro de Dan Brown fácilmente, pero no; preferí aventurarme a ser un escritor amateur de esos que no leen pero que igual, escriben. Los ojos no solamente se nutren culturalmente con letras e historias escritas: también considero que ver películas, animes, series, telenovelas, el noticiero de Caracol y a veces hasta las historias que salen en Facebook nutren tu cultura general. Así que colombiano, si no lee literatura, no se preocupe, que usted no es bruto.

martes, 14 de abril de 2015

Los creyentes no somos interesantes

Jesús y sus apóstoles
No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. Mateo 10:34-36 

No sé si les ha pasado lo mismo que a mí. No sé si ustedes han experimentado el rechazo debido a sus creencias religiosas, pero yo sí. No sé si es porque me gusta inmiscuir mis narices en campos en los que los creyentes no deberían estar metidos: sí, me refiero a la ciencia y a 'otro campo' que no voy a mencionar de manera explícita, yo sé que ustedes ya lo saben: el sexo. 

Definitivamente Dios y la religión no son temas que te vayan a traer muchas mujeres a tu vida, y menos si pretendes tener citas con científicas e investigadoras. Ellas, en su mayoría, no quieren un hombre creyente por varias razones: puede ser un hombre conservador que no comprende sus deseos sexuales, será ese hombre también el que la juzgue cuando se entere que estando soltera hizo alguna cosa 'sucia' y lo peor, será ese hombre el machista que cree que ellas son salidas de la costilla de Adán.

La verdad no vengo con esta entrada a buscar comprensión (o bueno sí, un poquito) sino más bien a aclarar que cada uno de nosotros, a su manera, es un mártir, tal como Jesús en sus Escrituras dijo que iban a ser sus apóstoles, cuando deciden ser cristianos a pesar de todo. Así que bueno, espero aquí quede claro que he decidido ser cristiano, y si te he de caer mal por eso, amigo o amiga científica, es mejor saberlo desde ya; sólo quiero que el viacrucis sea corto.