domingo, 20 de octubre de 2013

Mi verdad sobre los gatos


Señores, les debo confesar algo: he sido un hipócrita todo este tiempo, desde la H hasta la O. ¿Por qué lo digo? porque he fingido, desde mi nacimiento, un gusto por los gatos que en realidad no tengo.

Lo he fingido por pura conveniencia, no nos digamos mentiras. Lo he hecho para parecer 'interesante', así como los gatos le parecen a mucha gente. Sin embargo, soy una persona más de perros, de pájaros, de tortugas, de conejos, de hámsters y hasta de pollitos. A mí me gustan las mascotas bastante, hasta las serpientes se me hacen llamativas. Ahora sólo tengo un perro, pero en parte es porque de niño tuve mascotas hasta la saciedad. Pero algo que nunca he tenido, ha sido un gato.

Quiero aclarar primero que todo que yo no le tengo fobia a los gatos, y hasta me parecen bonitos. Sin embargo, no me interesa de a mucho tener uno de mascota. Las razones son varias. Primero que todo, mi mamá no gusta para nada de gatos, y pues mi papá es como indiferente ante eso. Ella dice que el pelo del gato tiene un parásito que hace abortar a las mujeres, y que además puede subir al cerebro. No sé qué tan cierto sea eso, sin embargo oírlo tantas veces, hace que al mejor estilo de Joseph Goebbels, se vuelva una verdad irrefutable. 

Por otra parte, yo de niño tenía varios pájaros (sí, encerrados en jaulas, coartando su libertad, no tienen por qué recordármelo). En ese tiempo, mi peor enemigo era, adivinen quién: el gato que merodeaba por ahí! siempre me ponía muy triste ver en la jaula unas cuantas plumas y ni rastro del pajarito. Otra razón de peso para tenerle un poquito de bronca a estos animales.

Confieso que esto lo escribo para alborotar el avispero: Tengo como 4 o 5 amigas fanáticas de los gatos, y sé que cuando lean esto se decepcionarán de mí, dirán que soy un prejuicioso, que no parezco un hombre de ciencia porque me creo la estupidez esa del parásito, que los gatos no dan toxoplasmosis, y que debería tener uno porque es excelente compañía. Puede que sean muy buena compañía y hasta se valen por sí mismos, lo cual es chévere, pero son además unas máquinas de destrucción masiva. Acaban con todo: muebles, cables, mesas, sillas, comida, etcétera. Además, he visto que son muy confianzudos o muy ariscos, nunca término medio. No sé qué tan 'educables' sean, porque para mí es importante que sean respetuosos y no se me encaramen en el computador.

Ya para rematar, los gatos tienen, no hay que negarlo, un aura extraña. Y pues la gente supersticiosa como yo, aunque intenta poner a trabajar las neuronas, no puede evitar ser contagiada por los pensamientos esotéricos. La sociedad nos ha vendido la imagen de la 'loca de los gatos', de que si uno ve un gato negro es de mala suerte, que los satánicos beben sangre de gato y que 'cachaco, paloma y gato, tres animales ingratos'. ¿Será la ingratitud esa de los gatos, que pareciera consciente, es lo que realmente no me gusta de ellos?

viernes, 18 de octubre de 2013

Hoy quiero hablar sobre nada



Así como lo oyen. No es lo más original, más es algo que se puede hacer en cualquier momento. La nada es un espacio vacío: no pasa nada, no se aspira a nada y no se espera nada. No es un estado melancólico ni mucho menos, es simplemente nada. Como la nada que los ateos tanto se empeñan en decir que hay después de la muerte, o esa nada que estamos casi seguros que hubo antes de nuestro nacimiento; digo casi porque la reencarnación siempre es una posibilidad.

Si hay un argumento donde los ateos y agnósticos ganan, es en la nada que hay antes de nacer ¿alguno de ustedes se acuerda de algo antes de nacer? ni siquiera nos acordamos de los primeros 4 años... y ahora nos vamos a acordar de vidas anteriores o posibilidades así.

La nada es siempre una buena opción. Sería delicioso que no existiera el cielo ni el infierno. Que como dice Michelotto 'el infierno se construya en esta vida' y que a todos, sean sacerdotes, violadores de niños, asesinos de la madre, estudiantes de maestría, damnificados, ricos, pobres, tacaños, generosos, malos buenos, nos espere el mismo destino, como si la vida se burlara de nosotros y nuestras buenas obras. Desde mi ignorancia les doy un consejo: no actúen bien por llegar al cielo, el mismo Jesús lo dice. Actúen bien hasta por conveniencia para ser sincero. Olvídense de las representaciones dantescas y sólo déjense guiar por la frase de Michelotto. En otras palabras: actúen bien para que todo les salga bien. Esa persona conveniente creo que luce linda ante los ojos de Dios y ante los ojos del mundo; se ganó los dos bandos.

La nada no es sólo eso ¿nunca han sentido que nacieron para nada? estoy seguro que aunque sean la chica de más pensamiento positivo sobre la faz de la tierra, alguna vez tuvieron un destello de nadaismo en sus cabezas. Yo personalmente, para evadir eso, soy muy exigente conmigo mismo y cuando me dicen que 'Dios tiene proyectado para mí algo grande', es porque espero ser un profeta como mínimo. Y si no, alguien digno de profecías de la Biblia. Lo sé, estoy loco, pero en mis esperanzas guardo que alguien comparta conmigo ese sentimiento. Mi llama de la 'razón para vivir' la enciende un deseo impetuoso y absurdo de ser pionero, de ser 'el más', de torcerle el rumbo de giro al mundo. Y si no lo logro, pues moriré agonizando pero siempre con un proyecto de vida en la cabeza, y de pie. Porque, no espero que en un maldita sea, muera postrado en una cama, enfermo, deprimido, cual One de Metallica, y con los proyectos a medio-hacer. Me pasará como la Gata, que dejará de comer porque su deseo de ser 'la más' en su campo se trunca por estar en la cárcel. Mi deseo no es propiamente ser un Gato, ni político, ni presidente, ni nada de eso, y mucho menos de terminar en la cárcel. De hecho, me molesta la idea de no saber en qué ser ese profeta, ese casi-mesías, ese capaz de moldear el mundo a su antojo, pero sé que debe ser en algo positivo y constructivo.

Puede que este ímpetu juvenil suene eterno, sin embargo, vean que la mayoría de viejos mueren con gusto...