viernes, 26 de noviembre de 2010

Temas de moda


Seguramente pensarán que hablaré sobre el vestido que utilizó la reina del Chocó en esta última coronación, o sobre cómo va la nueva novela Hilos de Amor. Pero en este caso quisiera dar mis opiniones actuales sobre verdaderos temas de moda.

Y cuando digo temas de moda, seamos sinceros con nosotros mismos y aceptemos que lo que estaba de moda cuando éramos niños ya no está de moda en este momento. Creo que pronto la sociedad actual se voltea y serán los homosexuales quienes se burlarán de los heterosexuales en las escuelas. Serán los nerds, quienes utilizando su profundo sentido del sarcasmo y aprovechando el furor de personajes como Sheldon Cooper, apabullarán a los pobres abusones, que no son más que pobres gorditos con papás que a cada rato salen muertos en periódicos amarillistas.

Ni el reggaeton, que tuvo que regresar a ser como al principio (gloria a Dios, de ese tema hay que hablar) se ha salvado de tenerse que dejar influenciar por las nuevas modas. ¿No han visto a J Balvin? Es un flogger que habla de sexo, un verdadero gafapasta de la lírica urbana; imaginarse eso antes habría de ser ridículo. Y es que el Reggaeton se dio cuenta además que hacia el lado romántico que estaba cogiendo no era el correcto. Extrañaba la reuniones de un poco de manes con voces rasposas que al momento de liriquear no provocan en ninguna mujer ganas de bailar ¡ASÍ DEBE SER EL REGGAETON!

En cuanto a ese aburrido tema, no sigo porque además de ser un gusto muy personal (o sea que nadie comparte conmigo) es un tema que en su apariencia puede ser un poco vacío. Pero insisto, viendo cómo es el reggaeton se puede intuir un poco el fluir de toda esta cultura latinoamericana.

Hablando de otro tópico, quisiera comparir con ustedes un sentimiento reciente: Me he puesto a pensar si todo el esfuerzo que uno hace para encajar en una sociedad determinada es fructífero durante bastante tiempo y además robusto (como en ingeniería, que si se cambian un poco las cosas la personalidad elaborada siga funcionando). Digamos que las personas (unas más que otras) tienen un delay entre su personalidad y su mundo. Pondré mi ejemplo: yo duré criándome en Cartagena hasta los 18 años, y sólo había durado 4 meses fuera de mi hogar durante los 16. Me había formado ya al estilo de Cartagena y había aceptado como mías algunas cosas de aquí. Ya me vestía como los de aquí, respetaba a los gordos porque en Cartagena un gordo siempre es la verga, trataba de saludar a todo mundo porque acá es natural, y lamboneaba bastante a los profesores. Resulta que llego a Bogotá, donde todo se hace de manera diferente, y si no cambio la misma sociedad de allá me destruye. Dejé de ser lambón, tuve que dejar atrás algunas prendas. Ya ser metalerito no era la verga, y se me quitaron las ganas de andar saludando a diestra y siniestra. Ahora regresé a Cartagena un tiempo y otra vez no me vuelvo a sentir cómodo.

Además, tuve que ver la vida con ojos más diversos ¿cuándo en la vida me había preocupado por ser homofóbico y me propuse cambiar? ¿cuándo antes había sentido que podía hasta ser sicario porque ya nadie me reconocería en la calle (obviamente estoy exagerando)? Antes mis preocupaciones eran echarme gel en el pelo para parecerme a todos, coger solecito y gimnasio, y sobre todo, no dar papaya en el colegio con frases que sonaran gays.

Ahora Oscar en Protagonistas de Nuestra Tele dice que le gusta el huevo duro, y si yo me burlo de él, soy yo el que queda como idiota. En pocas palabras todo el esfuerzo que hice en mi niñez y juventud por no “dar caída” no sirve para absolutamente nada.

Una amiga dice por ejemplo que los negros están de moda. ¿Dónde quedaron los tiempos en que los chistes racistas eran cool? ¿Acaso ya no hace “sol pa' negro”? ¿No era que los jóvenes aspiraban tener pintas de surfero para parecer pelaíto puppy de Bocagrande? Ahora no: pareciera verdad que en vez de echarse gel, las personas se quieren meter un peine en la cabeza y que nunca se les caiga. Todos quieren hablar como chocoanos, todo mundo se preocupa por el pobre Chocó, todo mundo mete mano en la ley de regalías porque Chocó va a quedar sin recursos, todo mundo quiere escuchar champeta, todo mundo quiere meterle tambores hasta a la música clásica y bailar con cara de susto, todo mundo quiere bailar pegao y vulgar, todo mundo quiere saber de Bob Marley, todo mundo quiere ser nieto de Petrona Martínez, todo mundo quiere irse de vacaciones a Haití, todo mundo quiere hablar duro y enredado, todo mundo quiere vivir 100 años como ellos, todo mundo apoya a María Angélica en Protagonistas de Nuestra Tele, todo mundo quiere andar escuchando HipHop y Reggaeton, todo los hombres quieren mujeres culonas, todas las mujeres quieren ser culonas, todo mundo quiere alabar a Dios haciendo bulla y bailando, todo mundo quiere decir vulgaridades por todo, etcétera. ¿O es que alguien osa decir que no están de moda?

Otros tema que no profundicé mucho: en el colegio el panorama de los muchachos ahora es muy diferente. Todos los afeminaditos, los que visten de colores, los floggers, los emos, las machorritas, los nerds, los ateos, y los revolucionarios tiene un “lugarcito en el corazón” de todos sus compañeros. Hey, ¡si yo aprendí que a esas pobres personas había que marginarlas, y había que hacer todo lo posible para no ser como ellos!

Puede que suene hijueputa pero a mí me jodían  diciéndome “chúpamela gay”. Pero si a Cristian, en la casa estudio se la tienen montada por homofóbico,  quiere decir que los muchachos de ahora piensan de otra manera. Me molestaban diciéndome “nerd”, pero si Sheldon Cooper reemplazó a los cuadernos de las modelos, no hay duda que LOS MUCHACHOS DE AHORA PIENSAN MUY DIFERENTE.

No es que sea homofóbico (bueno algunos dirán lo contrario, pero les juro que hago un descomunal esfuerzo por cambiar), ni que me sienta mal a estas alturas siendo un nerd, pero es que duele saber que durante como 6 años de adolescencia pensé al revés, y que los floggers ahorita con su piel tersa, su peinadito de lado y sus pantalones fucsia, sean los modelos a seguir de esta neo-sociedad